VIAJE A MYANMAR

En esta ocasión Lápices volvió a Asia, en concreto a Myanmar, un país que nos sorprendió por su cultura, su paisaje y en especial, por su gente. Aquí os dejamos el recuerdo de este viaje lleno de sorpresas.

Al poco de llegar, localizamos una escuela rural con pocos recursos en Ayeyarwady y allí entregamos toda la ropa y zapatos, que gracias a vuestra generosidad, pudimos traer. Los niños, poco acostumbrados a la visita de extranjeros en su tierra, mostraron una timidez y curiosidad que por momentos nos dejaban perplejos. Eso sí, cuando empezamos a sacar la ropa de los sacos, sobre todo en el caso de prendas coloridas y dibujos divertidos, las sonrisas y complicidad entre los pequeños despertaban en nosotros una alegría indescriptible. Por último, las maestras de la escuela se comprometieron a llevar toda la ropa de bebé a un poblado muy pobre, en el que sin duda se beneficiarán de la ayuda.

A partir de ahora, toca comprar material escolar para entregar en otras muchas escuelas y orfanatos, que como hemos podido comprobar, abundan en este país. Estamos seguros de que vamos a poder hacer grandes cosas aquí y que gracias al esfuerzo de todo el año y a vuestras aportaciones, pondremos nuestro granito de arena en tratar de mejorar las condiciones de vida de estos maravillosos niños.

Seguimos con nuestra andadura por Myanmar. Hemos visitado otra escuela de Ayeyarwady para entregar material escolar; lápices, cuadernos, gomas, pinturas, etc. Las carencias son tan evidentes que cualquier aportación solidaria es importante, al menos es lo que nos transmiten tanto profesores como niños.

Salimos en dirección a Bagan con toda la compra que habíamos hecho, en el grupo se respiraba un aire de impaciencia. Llevábamos 20 mochilas con 4 libretas de caligrafía, 4 lápices, 2 gomas, 2 afilalápices, 2 libretas para dibujar y unas pinturas de colores en cada una. 80 kg para las familias, 40 kg de soja y 40 kg de habichuelas. Paramos en la carretera y repartimos las dos primeras bolsas a dos madres con sus hijos. No teníamos mucha cantidad. En las dos únicas tiendas que encontramos acabamos con las existencias así que no podíamos parar en sitios con muchos niños ya que a pesar de que aquí son más tímidos que Marruecos o incluso India, también iban a salir de debajo de las piedras. Paramos en unas chozas al ver a unos niños y repartimos las mochilas. Tal y como imaginábamos, no llegaron pero muchos de los que se acercaron se llevaron una gran alegría.

A primera hora nos dirigimos al mercado donde compramos comida y material escolar para repartir a lo largo de la jornada. Por la mañana, visitamos un orfanato donde hicimos entrega de 200kg de arroz y 60l de aceite. Por la tarde, tuvimos la oportunidad de colaborar en una escuela rural donde normalmente no llega ayuda. En esta escuela, dejamos suficiente material como para que los los niños estuviesen cubiertos durante todo el año. Cómo disfrutaron con las pinturas! Cuánta felicidad mostraron con algo tan básico! Nos enriquecieron con su inocencia y alegría, con sus risas y miradas cómplices. Esta colaboración fue posible gracias a la donación de Blanca y Fernando, que con el recuerdo presente de Vicky, le hicieron el mejor de los homenajes ayudando a estos maravillosos niños.

Pocos días después, tuvimos la suerte de visitar una escuela perdida en una recóndita zona rural. Después de circular por un sendero algo complicado, incluso con cierto susto para el grupo, llegamos al lugar. Allí había un colegio con un montón de niños ¡Qué bien se lo estaban pasando en la hora del recreo! Como siempre, nos recibieron con los brazos abiertos y pudimos compartir un momento de alegría con ellos mientras repartíamos el material que habíamos llevado gracias a vuestra colaboración.

También visitamos otro orfanato y preguntamos qué les hacía falta. No necesitaban ropa ni tampoco comida o material escolar pero sí bicicletas para jugar y desplazarse.Era nuestra gran ocasión de colaborar con algo que nos apetecía mucho y que gracias a la colaboración generosa de Bikes for education, podíamos hacer realidad. Fue una jornada maravillosa, viendo la gran alegría que despertó la entrega de bicicletas a los niños y compartir un momento mágico con ellos.